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LA FRUSTRACIÓN EN EL CONFLICTO INTERNO DEL LIBRO VACÍO DE JOSEFINA VICENS


En la estructura narrativa de la obra “El libro vacío” de Josefina Vicens, a se advierten indicios que colocan al sentimiento de frustración como eje rector del conflicto, como la motivación de los nudos de una obra cuyo elemento central es el conflicto interno de José García, el protagonista.

Dicho personaje es un contador de 56 años de clase media-baja que vive en una Ciudad, que se permite suponer es la capital del país y, dado que la obra se publicó 1958 (Saltz, 1990), se deduce que se ubica en dicha época. Está casado y vive con su esposa y sus dos hijos de nombres José y Lorenzo, conviviendo diariamente con ellos y su amigo del trabajo Pepe Varela.


Vegetando en sus días de manera casi taciturna y apegado a una rutina marcada por el binomio de la casa al trabajo y del trabajo a la casa, pugna permanente con su inercia gris para avivar una chispa creativa que le permita escribir una novela, sin saber de qué ni cómo, pero obligándose a través dos rutas bifurcadas: la externa, evidenciada en el uso de dos cuadernos, uno en que se plasmará la anhelada obra y otro que funge de bitácora-pensatorio; y la externa, vista en la constante conflagración por deseo de escribir, ante la imposibilidad de hacerlo.


En esa tesitura, la secuencia narrativa consta de tres nudos, el planteamiento, en torno a querer escribir una novela; el desarrollo, vertido en el pasar de los días en que se obliga a escribir porque quiere hacerlo, pero siente incapacidad para ello, justificándose en sus desazones y derrotas, evocadas a manera de recuerdo latente; y el desenlace, en que finalmente no escribe la novela deseada; en síntesis, quiere hacer algo, delibera sobre si hacerlo o no y termina por lo hacerlo.


En este punto, el cuestionamiento que surge es ¿por qué no lo hace? ¿Cuál es su impedimento? o -un poco más apegado al hilo de la historia-, ¿Cuál es su justificación? A lo cual, la respuesta que se propone en el presente ensayo es: la frustración.


Al respecto, el diccionario electrónico de la Real Academia Española (RAE, 2023), define tal sustantivo como sentimiento de insatisfacción o fracaso, lo cual es entendible en el contexto de la vida de José García, ya que las informaciones de la obra (Vicens, 1958) nos evidencian que: desde niño fue pobre; siempre fue indeciso y con poco carácter, lo cual lo condujo incluso a que su primera novia –Elsa- lo eligiera a él casi por resignación; quiso ser marinero, pero no lo dejaron y no tuvo el valor para hacerlo en rebeldía; su primer amor pasional se le entregaba pero simultáneamente lo detestaba al punto de indicarle que su “juventud sólo en la oscuridad era soportable” (Vicens, 1958. P.35); su trabajo lo hacía miserable al punto que lo tenía harto; su vida familiar era poco satisfactoria, entre una mujer más madre que esposa y un hijo enfermizo que requiere cuidados permanentes, en el seno de una precaria situación económica; lo cual lo orilló a sostener una aventura Lupe Robles, mujer casquivana que ha dicho del protagonista le hizo favor de fijarse en él, pero que en realidad lo usaba para solventar las constantes farras, lo que acrecentó la frustración ante su imposibilidad económica que lo hizo endeudarse, colocándolo en una permanente situación de tensión, evidenciada con el distanciamiento familiar que dio pauta a mayores ansiedades.


Incluso es el mismo José quien se conceptúa como “un hombre de cincuenta y un años, deficiente, temeroso, atormentado por los remordimientos, por los celos, por la pobreza” (Vicens, 1958, p. 50) y desde luego por la inseguridad; con lo cual, podemos identificar algunos indicios.


Es un tipo timorato, falto de carácter y determinación, salvo en las ocasiones en que el

alcohol le da el empuje para reclamar un poco de respeto o consideración; esto, adminiculado a su precaria situación económica, lo ha orillado a pensar que no merece

más de lo que tiene, resignándose con lo que la marea arrastra hasta sus pies, generándole una enorme frustración por no haber tenido nunca el valor de reclamar cosas mejores.


En esa tesitura, el escribir una novela funge como escaparate de su grisácea realidad y

como un nicho en que puede expresar lo que nadie le escucha, sin embargo, este nuevo propósito se ve empañado por el vaho de sus tristezas e inseguridades, en la permanente disyuntiva entre escribir y no hacerlo, como lo expresa al indicar que no escribirá durante un año entero, para dilucidar si es que no quiere hacerlo no puede, lo que refleja una lastimera paradoja.


Aderezada con una perenne sensación de bajeza o desdoro, como se expresa en la línea “No es que deseara contar mi vida cronológicamente, con su raíz y sus frutos [...] ¡No, Dios mío! ¿Qué puede contar de su vida un hombre como yo? Si nunca, antes de ahora, le ha ocurrido nada, y lo que le ocurre no puede contarlo porque precisamente es lo que le ocurre: necesita contarlo y no puede”. (Vicens, 1958, p. 50)


Conclusiones


Groso modo, es dable sustentar que José -como muchos suspirantes de las letras- quería escribir una novela, quería desahogarse de su frustrante vida y obra, pero simplemente no podía porque no sabía de qué hacerlo y como comenzar, lo cual resulta por demás particular, ya que termina escribiendo que no puede escribir; como aplicación insólita de la expresión cartesiana “el discurso del método”, hace una obra del proceso de cómo no se hace una obra. No obstante, refleja a la perfección ese yugo autoimpuesto por quienes desestiman su talento o intención a manera de radiografía de la ansiedad que causa el saberse con lo necesario…


Existe la duda en este canal sobre qué hace grande a una obra y, en esta pieza magistral de Vicens, se muestra que quizás no sea el partir de una gran historia de pasión o extravagantes acontecimientos, sino de un sentimiento legítimo y tangible para el lector: como una vida sin sabor; una lamentación por la mediocre resulta de una tensión entre lo frustrante de las condiciones ordinarias y la impotencia derivada de la incapacidad de hacer algo al respecto.


Pablo Villarreal Salazar


REFERENCIAS

  • Real Academia Española. https://dle.rae.es/frustraci%C3%B3n

  • Saltz, Joanne. “EL LIBRO VACÍO: UN RELATO DE LA ESCRITURA.” Mujer y literatura Mexicana y Chicana: Culturas En Contacto 2, edited by Aralia López González et al., 1st, reimpresión ed., El Colegio de Mexico, 1990, pp. 81–86. JSTOR, https://doi.org/10.2307/j.ctvhn09nt.14. Accessed 10 Mar. 2023.

  • Vicens, Josefina. El libro vacio. Ed : Titivillus. 1958.


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